viernes, 4 de noviembre de 2016

4/11/16 Gila, Dylan y Espinar

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La semana ha sido intensa, llena de episodios fascinantes. Es una pena que Gila falleciera, porque podía haber sacado actuaciones para un año. Destacaremos tres detalles: El primero es que finalmente la organización de los Premios Nobel ha conseguido contactar con Bob Dylan, por lo del Premio Nobel de Literatura, y el cantautor ha dicho que puede que vaya a recogerlo. Y me imagino al gran humorista vallisoletano recreando el momento:

  • Óigame, ¿está Bob Dylan?
  • Yes
  • ¡Que se ponga!
  • Dígame
  • ¿Es Bob Dylan?
  • Si, soy yo.
  • Pues menos mal que le encuentro, porque llevo semanas llamando a todos los Dylan de EEUU y me va a subir un pico la factura. Que le llamo de los Premios Nobel, soy Eufrasio Nobel, y era para decirle que le hemos dado el Premio Nobel de Literatura, que si puede pasar a recogerlo por Estocolmo cuando tenga un momento.
  • Pues es que no me viene muy bien, la verdad.
  • Verá. Bob Dylan, que no se lo digo por nada, lo que pasa es que tengo el premio en la librería del salón y me ocupa mucho sitio, porque como además lleva también una bolsa con un millón de euros, que es el premio en dinero, pues que me va a coger polvo ahí.
  • Hombre, la verdad es que no llevo suelto, y no me vendría mal el millón de euros para comprar pienso para el perro y eso. Bueno, ya veré, si tengo un hueco me paso...


El que seguro que no le hubiera cogido el teléfono a Gila es Pedro Sánchez, bueno es él. Al marcar le hubiera salido uno de esos mensajes que dicen: “el teléfono móvil marcado está apagado o fuera de cobertura. Y no vuelva a llamarle, que no es no. ¿Que parte no entiende?”. Claro que esa manía de no querer hablar con según quien le ha salido cara, porque ha dejado de ser secretario general del partido, y se ha quedado sin cargo, le han quitado el despacho y le han dado un hueco debajo de una de las escaleras del Congreso y ya no tiene plaza de garaje en la sede del PSOE, ahora le toca ir en Metro, porque con eso de las restricciones de tráfico en la capital por la contaminación el pobre ya no tiene ni la opción de ir con su coche y aparcar en la zona azul.

El que sí que cogía el teléfono era Ramón Espinar, portavoz de Podemos en el Senado. Vaya que si lo cogía. Y le vino bien, le vino bien. Con 20 años le llamaron por teléfono para darle un piso de protección juvenil a dedo, sin sorteo, que le costó, evidentemente, bastante menos de su valor de mercado. Supongo que no tendría nada que ver el hecho de que el padre fuera político y tuviese un papel importante en la concesión de los créditos necesarios para la construcción de la vivienda. Será una simple casualidad. Sin embargo, a pesar de ello, el hombre, como no podía pagar el piso, porque no tenía ingresos, a los tres meses pidió permiso para venderlo, permiso que se le concedió. Supongo que no tendría nada que ver el hecho de que el padre fuera político, será una simple casualidad. Consiguió vender el piso al año, ganando dinero, y terminando de pagar el piso con el dinero que le dejó la familia. En este punto cabe destacar que el padre es uno de los implicados en el famoso caso de las tarjetas black, de bankia. También cabe destacar que el chico se ha destacado por su especial beligerancia contra la especulación inmobiliaria, siendo una de sus frases más señaladas cuando dijo que “El objetivo final de la promoción de vivienda pública no es venderla, el objetivo final de la promoción de vivienda pública es garantizar el acceso al derecho a la vivienda de la ciudadanía que no puede acceder en mercado libre. Ese es el objetivo". El tipo no es maño, pero hay que reconocerle que tiene dos cojones.

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