el pasado fin de semana un grupo de
niños de 9 años se presento a su habitual partido de futbol en zaragoza. Entre
enfermedades y comuniones de compañeros les faltaba un jugador para completar
su equipo, por lo que pensaron que no podrian jugar, y que se les daria el
partido por perdido. No obstante, cuando el arbitro les dijo que podian jugar,
decidieron hacerlo, corriendo el riesgo, dadas las circunstancias, de encajar
una goleada de escandalo. Sin embargo, consiguieron gana 4 a 3, y se
convirtieron en un pequeño fenomeno viral en Zaragoza, por su valentia,
esfuerzo y capacidad de lucha y superacion. Creyeron en si mismos y
consiguieron ganar, con espiritu de equipo, y defendiendo a los suyos.. Una
hermosa leccion.
Ayer, en Calatayud, juramos bandera 114
civiles. Desde que el ejercito en España es profesional y no hay soldados de
reemplazo, estos actos son mas complicados de ver, salvo que algun familiar
decida dedicarse al Ejercito. El juramento de la bandera consiste en adquirir
el compromiso de defender nuestro pais en la medida de nuestras posibilidades,
donde y cuando haga falta. En los tiempos que corren, se sigue teniendo la
imagen del Ejercito como la de unos señores que se dedican a hacer la guerra,
pero esa imagen esta bastante alejada de la realidad. Afortunadamente, el pais
no corre ningun peligro de ser invadido, pero si que nuestras convicciones y
nuestro estilo de vida se ve comprometido en estos tiempos tan complicados.
Nuestro Ejercito cumple la funcion de defender no el territorio, sino esos
valores y convicciones, ese estilo de vida, y lo hace, fundamentalmente,
prestando labores de ayuda humanitaria en muchas partes del mundo, ayudando a
quienes lo necesitan, a quienes no pueden vivir por culpa del terrorismo, de
dictaduras o guerras civiles. Ellos ayudan a que esas personas puedan tener una
vida mas digna, tanto en lo mas puramente material, como a que tengan la mayor
libertad posible. Para uno es un orgullo sentirse parte por un momento de esas
personas que desfilan portando orgullosos nuestra bandera, y comprometerse a
defender nuestro estilo de vida.
Quiero dejar constancia ademas de
nuestra heroicidad, ya que nos vimos obligados a demostrar nuestro comproniso
con la bandera desde los primeros momentos del dia. al madrugon dominguero para
desplazarnos desde Zaragoza a Calatayud hubo que sumar un buen rato de espera,
ya que el autobus que debia desplazarnos se averio (o quiza el conductor se
durmio, eso nunca lo sabremos). Finalmente conseguimos llegar a nuestro
destino, aunque con cierto retraso, y nos colocamos en el espacio preparado por
el Ejercito al respecto: una parcas sillas plegables de las mas sencillas, en
el centro de un bulevar de uno de los paseos de Calatayud. La mañana era
agradable y soleada, aunque el picorcillo del sol hacia presagiar lluvia y
tormenta. No obstante, el ensayo del acto se desarrollo sin mayores problemas.
Despues de un breve descanso, acompañado de un cafe en una cafeteria cercana, y
aprovechando el momento para ver a amigos residentes alli, volvimos a formar en
el centro del paseo. Desfilaron los militares y, por fin, plantaron la bandera
delante de nosotros. Se pronuncio el juramento y pasamos a desfilar ante la
bandera, mientras los negros nubarrones que se habian hechos dueños del cielo
empezaron a descargar agua, cada vez mas intensamente. Obviamente, muchos no
habiamos cogido paraguas y, como suele pasar cuando se necesita hacer uso de
ellos, no habia ningun bazar chino cercano, por lo que tuvimos que aguantar estoicamente
el chaparron, que pronto comenzo a convertirse en diluvio, acabando en una
granizada de consideracion. Nosotros aguantamos alli estoicamente todo el acto,
empapados de arriba a abajo, pero demostrando que nuestro compromiso era serio,
no era un pour parle. Menos mal que tanto esfuerzo y compromiso tuvo su
adecuada recompensa en uno de los restaurantes mas emblematicos de la ciudad.
Bromas aparte, la vida es compromiso y
esfuerzo hasta en lo mas trivial. Asi es como gratifica, y de los partidos de
futbol ganados contra viento y marea, asi como de los chaparrones aguantados
porque eso es lo que queremos hacer en ese momento, aunque a muchos les resulte
incomprensible, es de los sacamos experiencias de la vida que nunca
olvidaremos. Son situaciones que nos hacen mas fuertes y que nos hacen confiar
en nosotros mismos, porque salimos de ellas victoriosos, defendiendo aquello en
lo que en ese momento hemos pensado que merecia la pena.