Este fin de semana han coincidido en Zaragoza varias fiestas y aniversarios importantes: Las Fiestas del Tubo y el aniversario del Estadio de La Romareda.
No es exagerado decir que no hay persona que venga a nuestra ciudad que no lo haga con intención de pasar por el Tubo. Es un entramado de calles estrechas, situado en el casco historico de la ciudad, que, por cierto, es el más grande de España, en el que la tapa se eleva a la categoría de obra de arte. Existen auténticos templos gastronómicos, como Casa Lac, uno de los restaurantes más antiguos de Europa, que data de 1825, o el Cafe Cantante Plata, icono de la diversión un tanto golfa, que ha sido recientemente reformado y modernizado. Podemos hablar de las cigalas de la huerta, de Casa Pascualillo, de las croquetas de Doña Casta, de las papas bravas del Texas o de las anchoas al orujo de Bodegas Almau, que dispone de una carta de vinos a la vista de la cual dan ganas de ocupar una mesa y no volver a salir de alli. El Tubo es un clásico, zona de tapeo de toda la vida, que goza de una excelente salud, y que esta en continuo proceso de renovación, pero sin olvidar su esencia, y sin que desaparezcan esos locales cuasi perpetuos, en los que uno sabe cuando entra, pero nunca cuando va a salir.
Por otra parte, el 18 de septiembre del 1956 se comenzó a construir el Estadio de la Romareda. En aquella epoca, esa zona era la zona de expansión de la ciudad. El nuevo estadio venía a sustituir al vetusto estadio de Torrero, que habia quedado pequeño y obsoleto. El Real Zaragoza era un club pujante, y en el nuevo Estadio, que se inauguró en septiembre de 1957, se vivirían las epocas más gloriosas del Club: los Magnificos, los Zaraguayos, el Zaragoza de Beenhaker y el de la Recopa... el gusto por el buen futbol y los exitos deportivos, con los lógicos altibajos que sufren los clubes de economia modesta, han marcado los casi sesenta años de historia de un estadio que, en el momento de su inauguración, era un estadio confortable y moderno y que, hoy en dia, es un estadio incomodo y vetusto, al que la historia ha maltratado, al igual que al propio Real Zaragoza, y que pide ya a gritos una sustitución por un nuevo Estadio, sustitución que vienen bloqueando los desencuentros entre los grupos politicos que estan representados en nuestro ayuntamiento. El futbol no es solo un deporte: el Real Zaragoza ha promocionado durante muchos años la ciudad con sus gestas deportivas, y nuestra ciudad merece un nuevo estadio y que el club resurja de sus cenizas. Esperemos que este año el Real Zaragoza vuelva a primera y se resuelva definitivamente el problema del estadio.
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